Fue en la Calçotada den Pere, o esto me parece recordar, que el grupo se reunió por última vez, para degustar el tradicional almuerzo de Can Paradis.
Hoy nos ha tocado reunirnos una vez más a un clásico de Barcelona, Can Culleretes.
Un restaurante único en Barcelona cuyo rótulo da fe de la antigüedad del local. Siguiendo el consejo escrito en la puerta “Estireu la porta” (tiren de la puerta), el cliente se encuentra con un amplio interior que evoca la época modernista, con grandes pinturas costumbristas en los salones.
Las paredes también están cubiertas de centenares de fotografías de famosos que han comido o cenado en el restaurante. Pero la historia del restaurante no se conserva solo gracias a estas fotografías y recuerdos, ya que si las paredes hablasen relatarían miles de anécdotas ocurridas a lo largo de los años.
El secreto de permanencia de Can Culleretes es doble: por un lado, ha contribuido de manera decisiva el aire familiar del establecimiento; y, por el otro, el esfuerzo de tres generaciones de Agut-Manubens.
Cuando Sisco se hizo cargo, el oficio no le venía de nuevo, había trabajado durante años en Ca l’Agut de la calle Gignàs, el restaurante de su tío. Su mujer Sussi, y sus hijas, Montserrat y Alicia, les ayudaron desde el principio. Actualmente las dos hermanas son copropietarias del local, donde también trabajan los cinco nietos de Sisco y el marido de Alicia.
Fuente. Web Can Culleretes
Lluis Permanyer, periodista.